Los productos lácteos forman parte esencial de la alimentación diaria de muchas personas. Aportan calcio, proteínas y otros nutrientes fundamentales, por lo que no pueden faltar en tu salud semanal. Sin embargo, son productos altamente perecibles y sensibles al calor. Si no los almacenas de manera adecuada, fácilmente se echan a perder.
Entender cómo se deben conservar los productos lácteos es clave para evitar desperdicios, cuidar la salud y mantener el sabor y textura de cada producto. En esta guía te compartiremos tips para conservarlos correctamente, mantener la cadena de frío tanto en casa como en el trayecto desde el supermercado a tu refrigerador, como también a qué hacer si se rompe.
Son alimentos derivados de la leche de origen animal, principalmente de vaca o de cabra, y aportan nutrientes esenciales para el crecimiento y la conservación de la buena salud.
Los productos lácteos puedes encontrarlos en distintos formatos, como:
Todos estos requieren cuidados especiales debido a su composición, rica en agua, proteínas y grasas, lo que los hace sensibles al calor y a la contaminación.
Una de las claves en la conservación de los lácteos es respetar la cadena de frío, es decir, mantener los productos refrigerados desde su producción hasta el momento de consumirlos.
¿Qué pasa cuando los lácteos pierden la cadena de frío? Se acelera el crecimiento de bacterias que pueden alterar el sabor, olor, textura e incluso generar riesgos para la salud. Por eso, si un producto lácteo ha pasado más de dos horas fuera del refrigerador en días calurosos, lo mejor es no consumirlo.
A continuación, te compartimos cómo debes conservar cada tipo de lácteo para respetar su cadena de frío y así aprovechar sus nutrientes:
Tip: No guardes la leche en la puerta del refrigerador. Es el lugar más expuesto a cambios de temperatura.
Es una excelente alternativa para extender la vida útil de este alimento, ya que no necesita refrigeración mientras esté cerrada.
Este producto debe mantenerse siempre refrigerado. Una vez abierto, lo ideal es consumirlo en 2 a 3 días.
Cada tipo de queso requiere un cuidado distinto:
Tip casero: para evitar que el queso se seque, envuélvelo en papel mantequilla y luego en una bolsa hermética.
Depende del tipo de producto:
Conservar bien los productos lácteos es una tarea sencilla si seguimos algunas prácticas básicas. Así evitamos pérdidas, cuidamos el bolsillo y protegemos nuestra salud.
Visita nuestro blog para conocer más tips de conservación para alimentos que están en tu despensa.